En este artículo te voy a hablar de las propiedades de la lechuga y del jengibre y te diré cómo preparar sus respectivas infusiones para tratar la acidez y el reflujo.
La naturaleza te provee de todo lo necesario para que pongas solución a tu problema de acidez y reflujo de una vez por todas.
De hecho, gracias a esta circunstancia no tienes por qué recurrir a fármacos ni medicamentos que acaben generándote incómodos, molestos y desagradables efectos secundarios.
En esta ocasión quiero hablarte de dos infusiones que pueden aportarte excelentes beneficios como son las elaboradas a partir de lechuga y de jengibre.
En primer lugar, la lechuga es un alimento vital en cualquier dieta destinada a combatir la acidez estomacal y, por ello, has de tomarla prácticamente a diario.
Además, puesto que puede ser la base de una ensalada o la guarnición de cualquier alimento, integrarla dentro de tu alimentación es realmente sencillo.
Sin embargo, en esta ocasión quiero centrarme en las infusiones de lechuga.
La lechuga, además de contener grandes cantidades de fibra, posee un elemento denominado como lactucina, el cual posee interesantes propiedades relajantes y sedantes.
Por tanto, el consumo de una infusión elaborada a partir de ella después de cada comida te ayudará a aliviar rápidamente la acidez.
De igual modo, la lechuga también contiene antioxidantes, por lo que te ayudará a reparar los tejidos dañados del esófago y el estómago.
Por otro lado, también quiero hacer referencia a la infusión de jengibre.
Y es que esta raíz tiene la cualidad de estimular la producción de enzimas digestivas en el páncreas, por lo que resulta de gran utilidad de cara a hacer más ligeras y llevaderas las digestiones.
Tampoco puedo olvidar comentarte que el jengibre posee excelentes efectos antiinflamatorios y, por ello, resulta muy efectivo para rebajar el dolor de la zona del esófago y el estómago.
En este sentido he de destacar también que el tejido de estas zonas, al estar dañado por los efectos del reflujo gástrico, es propenso a las infecciones.
Pues, con una taza de infusión de jengibre antes de comer, puedes estar seguro de que ningún microorganismo te causará daño alguno ya que es un excelente antibiótico.
Tanto la elaboración de la infusión de lechuga como la de jengibre es realmente sencilla.
En el primer caso basta con arrancar unas cuantas hojas y ponerlas en agua hirviendo durante 10 o 15 minutos para que libere sus sustancias beneficiosas.
Por su parte, respecto a la de jengibre, corta dos o tres trozos de esta raíz y haz lo mismo.
En ambos casos, si quieres darles un poco de sabor de forma saludable, añade una cucharada de miel natural.
Sin embargo…
Lo que aquí mencioné es MENOS del 2% de todo lo que debes hacer para curar el reflujo gastroesofágico
Con los consejos que te acabo de dar, solo estás atacando los síntomas de la enfermedad.
La clave está en atacar y eliminar todas las causas que originan el problema.
Y lo digo por experiencia, ya que yo padecí de reflujo.
Los dolores eran insoportables y no podía llevar una vida normal. Y la medicina no podía ayudarme.
Hasta que empecé a seguir un tratamiento natural.
Gracias a este tratamiento… mis dolores desaparecieron. Mi vida dio un giro de 180 grados y pude volver a ser la misma persona de antes.
Si quieres saber cómo aplicar tú mismo el mismo tratamiento natural…
Nos vemos allí 🙂
Laura
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