En este artículo te voy a explicar una manera muy sencilla de calmar el reflujo ácido mediante la práctica de la meditación.
El reflujo ácido como tal no se puede considerar una enfermedad, aunque hay que tener en cuenta que su aparición puede ser síntoma de una patología.
A pesar de ello, este reflujo ácido que asciende desde el estómago hasta la garganta, dejando a su paso una sensación muy molesta de quemazón, puede tener orígenes muy diversos.
Por regla general, la aparición del reflujo ácido se vincula con la ingesta de determinadas comidas (grasas, fritos, alcohol, bebidas con gas, café, etc.), pero no siempre es así.
El reflujo ácido también puede ser una consecuencia de alguna alteración emocional.
Aunque no lo parezca, el cerebro y el estómago se encuentran íntimamente relacionados, de manera que episodios de ansiedad, estrés, nerviosismo, incluso miedo, pueden desembocar en la aparición de reflujo ácido.
Está demostrado que la meditación es una actividad muy efectiva a la hora de mejorar los desequilibrios emocionales.
La práctica continuada de la meditación te ayuda a superar cualquier crisis interior con mayor fortaleza de la que creías poder alcanzar.
De manera que a través de la meditación se pueden minimizar y afrontar estupendamente los trastornos emocionales que muchas veces aparecen sin que te des cuenta, y que entre otros efectos negativos pueden causar reflujo.
Antes de comenzar una sesión de meditación, es necesario que elijas un sitio tranquilo y apartado de tu casa.
Un lugar donde el ruido exterior sea el mínimo y, por supuesto, donde no tengas teléfono, televisión encendida o cualquier otra distracción.
Para ambientar la estancia puedes encender una luz tenue y poner un poco de música suave y relajante.
A continuación debes sentarte en el suelo con la espalda recta.
Para más comodidad te recomiendo que utilices una esterilla acolchada.
Recuerda que la relajación es muy importante.
Por ello, comienza a liberar tensiones respirando profundamente y liberando la tensión de los músculos de brazos y piernas.
Una vez que hayas relajado las extremidades, fija la mirada en un punto fijo de la pared que tengas delante.
Poco a poco notarás cómo cualquier distracción desaparece.
El siguiente paso consiste en observar con detenimiento los pensamientos que pasen por tu mente.
Fíjate que te digo observar, no fuerces ningún recuerdo, simplemente céntrate en aquellos que tu mente visualice.
Cuando hayas observado con detenimiento tus pensamientos durante unos minutos, habrá llegado el momento de recordar imágenes o situaciones que te generen un efecto positivo.
Tienes total libertad, pues a cada persona le funcionan unas imágenes o recuerdos diferentes.
Cuando hayas seleccionado esos recuerdos positivos, visualiza esas imágenes durante varios minutos hasta que sientas un bienestar total.
Para finalizar la sesión de meditación, cierra los ojos y permanece en silencio durante unos segundos.
Como puedes comprobar, la meditación es una actividad muy poco costosa y que tan solo te quitará unos minutos cada día.
Eso sí, te recomiendo que seas constante.
Aunque los cambios no aparecen de la noche a la mañana, la meditación te reportará enormes beneficios y te ayudará a aliviar los síntomas del reflujo.
Sin embargo…
Lo que aquí mencioné es MENOS del 2% de todo lo que debes hacer para curar el reflujo gastroesofágico
Con los consejos que te acabo de dar, solo estás atacando los síntomas de la enfermedad.
La clave está en atacar y eliminar todas las causas que originan el problema.
Y lo digo por experiencia, ya que yo padecí de reflujo.
Los dolores eran insoportables y no podía llevar una vida normal. Y la medicina no podía ayudarme.
Hasta que empecé a seguir un tratamiento natural.
Gracias a este tratamiento… mis dolores desaparecieron. Mi vida dio un giro de 180 grados y pude volver a ser la misma persona de antes.
Si quieres saber cómo aplicar tú mismo el mismo tratamiento natural…
Nos vemos allí 🙂
Laura
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