En este artículo te voy a mostrar si el chicle es malo o es bueno para calmar la gastritis.
La gastritis es una afección del estómago muy común entre la población.
En algunas ocasiones reviste gravedad y sus síntomas resultan siempre muy molestos y la dolencia puede ocasionar un significativo deterioro de la calidad de vida del paciente.
Muchas veces, no es necesario recurrir a la medicina tradicional y los fármacos químicos para tratar la gastritis, sino que existen remedios naturales, e incluso pequeños gestos cotidianos, para curar, aliviar o incluso evitar padecer episodios de gastritis.
La ingesta de ciertos alimentos y bebidas puede prevenir o, por contra, inducir estas crisis de la enfermedad.
Y no todos los especialistas están de acuerdo en determinar cuáles son estos alimentos sin ningún género de dudas; existen sustancias que concitan distintas opiniones, una de las cuales es el chicle.
Cómo puede influir el consumo de chicle en la gastritis
Sí, el chicle, la golosina por antonomasia, puede influir en el desarrollo de la gastritis.
Pero, ¿para bien o para mal?
Los detractores de la goma de mascar para personas que padecen afecciones digestivas consideran que el chicle puede provocar episodios de gastritis porque esta patología se debe, en buena medida, a los ácidos que fabrica el estómago en el proceso de la digestión.
Estos ácidos comienzan a producirse en cuanto el organismo considera que el estómago está preparado para recibir alimento, es decir, cuando la persona en cuestión empieza a masticar el alimento y a producir saliva.
En el caso del chicle, este alimento que espera el estómago nunca llega, ya que la goma de mascar no se traga, por lo que los jugos gástricos no realizan su función.
Dicho de otra manera, no se neutralizan con el contenido estomacal, por lo que pueden producir una irritación, causante directa de la gastritis y sus derivados.
Aplacar la gastritis con chicles
Sin embargo, hay quienes no dan crédito a esta teoría.
Lo más curioso es que no se conforman con decir que el chicle es inocuo y no influye en el desarrollo de trastornos digestivos, sino que van más allá: afirman que el chicle puede ayudar a combatir la gastritis y sus más que molestas consecuencias.
¿Cómo? En primer lugar, por el aumento de la producción de saliva que se produce al masticar chicle, y que puede ser considerable teniendo en cuenta el tiempo que puede permanecer la golosina en la boca.
Esta intensa producción de saliva consigue que sus enzimas neutralicen el PH de la boca.
De esta manera, al llegar al estómago, combate la acidez de los jugos gástricos evitando la irritación de las mucosas e incluso acondicionando las paredes estomacales (lo que dificultaría la temida acidez o el molesto reflujo cuando realmente llegara el alimento).
Además, esta mayor producción de saliva puede generar una situación interna muy favorable para una correcta ingesta y digestión de los alimentos.
Y es que el constante paso de saliva desde la boca hasta el estómago lubrica toda la zona y facilita el paso posterior de la comida y reduce la acidez.
Efectos a largo plazo
Pero aún hay más.
En muchas ocasiones, el chicle se consume como sustitutivo de otros productos.
Y es que seguro que muchas veces has sentido hambre (o ganas de comer) entre horas y no te has resistido a la tentación de picar.
¿Qué has elegido? Lo más probable es que hayas optado por alimentos ricos en azúcares, bollería industrial o refrescos con burbujas.
Por lo general, los componentes de estos alimentos agravan el reflujo gastroesofágico, además de contribuir al aumento de peso que, a largo plazo y debido a la presión que el sobrepeso genera en la zona, favorece episodios de ardor y de digestiones pesadas.
Eso sí, los defensores del chicle como remedio contra la gastritis inciden en un último detalle: el sabor.
Para beneficiarte de todas estas propiedades de la goma de mascar, no vale igual un chicle de menta que uno de fresa.
¿Por qué? Porque el frescor de la menta puede contribuir a relajar el esfínter que conecta el estómago con el esófago, lo que podría favorecer el paso de ácidos y, por tanto, el reflujo.
Así que ya sabes: opta por los sabores de frutas, como la clásica fresa o la sandía, igual de refrescante que el chicle de menta pero sin esta curiosa contraindicación.
Pese a todo lo que te he dicho con anterioridad, lo que sí parece demostrado empírica y científicamente, tal y como certificaron los médicos de un hospital de Berlín en 2008, es que consumir cierto tipo de chicle puede causar determinados síntomas relacionados con la gastritis.
En concreto, dolor de vientre y diarreas que pueden desembocar en una extraordinaria pérdida de peso sin razón aparente.
El chicle del que te hablo es el que contiene sorbitol, un edulcorante de efecto laxante muy presente en golosinas, chicles y caramelos.
Es el sorbitol, y no el chicle propiamente dicho, el que produce estos efectos siempre que su consumo sea abusivo y continuado.
Consideraciones finales
En definitiva, resulta muy complicado concluir sin ningún género de duda si el chicle ejerce algún tipo de influencia, positiva o negativa, en el desarrollo de la gastritis.
¿Mi consejo? Si te apetece un chicle, tómalo, a ser posible sin azúcar.
Eso sí: todo abuso resulta perjudicial, por lo que opta por el chicle solo en ocasiones determinadas.
Si lo que quieres es matar las ganas de comer entre horas y no deseas caer en la tentación de los azúcares, elige una manzana o un yogur (preferentemente elaborado con alguna leche vegetal).
Y, sobre todo, cuida con atención la dieta propiamente dicha.
Es decir come alimentos variados que incluyan mucha fruta y verdura, bebe agua e infusiones naturales con abundancia y acompáñalo todo de un ejercicio moderado y regular a lo largo de la semana.
Si sigues todos estos consejos, siempre podrás permitirte un chicle sin miedo a que desemboque en un acceso de dolor estomacal.
Esto es MENOS del 2% de lo que necesitas hacer para curar tu gastritis de forma natural
Con los consejos que te acabo de dar, solo estás atacando los síntomas de la enfermedad.
La clave está en atacar y eliminar todas las causas que originan el problema.
Y lo digo por experiencia, ya que yo padecí de gastritis.
Los dolores eran insoportables y no podía llevar una vida normal. Y la medicina no podía ayudarme.
Hasta que empecé a seguir un tratamiento natural.
Gracias a este tratamiento... mis dolores desaparecieron. Mi vida dio un giro de 180 grados y pude volver a ser la misma persona de antes.
Si quieres saber cómo aplicar tú mismo el mismo tratamiento natural...
Saludos
María
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